La Santa Iglesia Catedral de Santa María, conocida como Catedral de Murcia, es el templo principal y sede de la Diócesis de Cartagena. Se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad de Murcia, en la Plaza del Cardenal Belluga.
La Torre-Campanario, construida entre 1521 y 1793, es el símbolo indiscutible de la Catedral y de la ciudad de Murcia, mide 93 metros (98 con la veleta) siendo por tanto la segunda más alta de España tras la Giralda de Sevilla.
La Catedral de Santa María fue proyectada como un templo de cruz latina con tres naves y girola, en donde se observan los rasgos del gótico mediterráneo por su sencillez estructural, su moderada elevación y limitados ventanales. Posee influencia castellana en la disposición de la nave central más alta que las laterales, pero también influencia aragonesa al situar el cimborrio a los pies del templo y no en el crucero. Como rasgo peculiar el transepto es más largo en su lado norte que en el sur.
Posee veintitrés capillas, dedicadas a los santos patronos de los gremios y a los enterramientos de obispos y nobles que fomentaron o colaboraron en su construcción. Entre las mismas destacan:
Capilla de los Vélez
Capilla de Junterón
Capilla de la Inmaculada
Capilla de San Antonio
Capilla de Baptisterio
Capilla del Socorro o de San Antón
Sacristía
Coro
Capilla Mayor
Sepulcro de Alfonso X de Castilla
Al entrar la Taifa de Murcia en la órbita castellana tras la firma del tratado de Alcaraz en 1243 , se restableció la sede catedralicia en la Catedral Vieja de Cartagena en 1250, debido a que Cartagena había sido sede de la antigua diócesis carthaginense; documentada al menos desde el s.IV, y debido también a que era uno de los pocos núcleos cristianos de un reino que, debido al mencionado tratado de Alcaraz, contaba en esas fechas con una mayoría de núcleos árabes semi-autónomos, incluida la capital.
Conversión de la Mezquita Aljama de Murcia en templo cristiano (1266)
Traslado de la Sede Episcopal y conversión en Catedral (1291)
Construcción de la Catedral actual (siglos XIV-XV)
Reformas posteriores (siglo XVI y siglo XVIII)
El incendio de 1854